viernes, diciembre 29, 2017

No tengas miedo de perderte en Tabarnia


No me resisto a la tentación de escribir sobre esto:Tabarnia: Suena como un país de cuento como Narnia, el país de Nunca Jamás de Peter Pan o la Sildavía que el grupo La Unión sacó de las aventuras de Tintín. Un lugar mítico lugar lleno de seres fabulosos y reinos de maravillas incontables. También podría entenderse como “tierra de tabernas”, es decir, un nombre eufemístico de España.

Pero no, ni hace referencia al número de establecimientos hosteleros por metro cuadrado de nuestro suelo patrio ni al lugar anhelado por el grupo ochentero, pero al contrario que este, Tabarnia si se encuentra en los mapas, concretamente en las provincias de Barcelona y Tarragona renombradas como Baja y Alta Tabarnia respectivamente. Una propuesta de nuevo territorio autónomo dentro de España desgajado de una hipotética Cataluña independiente. Este nuevo invento parte de una plataforma conocida como Catalonia is not Spain, los indepes de los indepes. Para mas información, entre otras fuentes podéis leerlo aquí. Todo esto sale de la idea de que en esta dos provincias, fundamentalmente urbanas e industriales, el independentismo no es mayoritario, como en las provincias de economía mas rural de Lérida y Gerona (disculpar si uso su nombre castellano, que al fin y al cabo es la única que hablo y escribo razonablemente bien a parte de mi chapurreado inglés de turista)

Sin embargo, cual comedia romántica americana, ahí no acaba el enredo. Según algún medio, habría municipios de esta nueva entidad territorial que se escindirían de nuevo para permanecer fiel a la República Catalana. Se me antoja pues, que podrían surgir barrios disidentes de sus municipios y así tener también manzanas calles y plazas independientes de sus ciudades o pueblos, y aún mas, el cuarto de los niños estar en una unidad política diferente al del comedor y entrar en conflicto por anexionarse el escobero (Importante para la logística), y así descender hasta nivel molecular o incluso de partículas subatómicas.

Todo este despropósito, no hace mas que reafirmarme en mis opiniones, claro que, como decía el otro día Iñaki Gabilondo, ocurra lo que ocurra, todo el mundo sale reafirmado en sus propias convicciones, y eso no deja de ser parte del problema. Pero volviendo a las mías, lo peor del momento que se viven en Cataluña no es su conflicto con el resto España, es que, sobre todo es un conflicto de Cataluña con Cataluña, de una mitad de los catalanes contra la otra mitad, esto ya lo ha dicho mucha gente. Y en medio, la tan vapuleada minoría equidistante, de dentro y de fuera, apenas el 7',45 % si tenemos que hacer caso a los resultados de las últimas elecciones, increpados de un lado y de otro y los únicos que apuestan realmente por un diálogo.

Admito que no he visitado Cataluña últimamente, y que mis información no es directa. En su mayoría proviene de los siempre manipulados medios de información y las redes sociales, sesgadas por nosotros mismos, los usuarios, con nuestros “likes”, pero, ¡que leches! No soy un periodista profesional ni lo pretendo. Solo escribo en un blog de vez en cuando, muy de vez en cuando. Un blog que casi no lee nadie, pero que espero que alguna vez le pueda servir de algo a alguien.


No obstante, si que conozco personas. Y algunas me hablan de una sociedad dividida. De gente con mal humor, recelosa de su vecino, que no pregunta por una calle o acaricia el perro que otro pasea sin miedo de que la lengua en que se le responde no sea la adecuada. Esa es la herida y ya está hecha, pase lo que pase, el daño está hecho y tardará mucho tiempo en curar, ojalá me equivoque.