No tengas miedo de perderte en Tabarnia

No me
resisto a la tentación de escribir sobre esto:Tabarnia: Suena como
un país de cuento como Narnia, el país de Nunca Jamás de Peter Pan
o la Sildavía que el grupo La
Unión sacó
de las aventuras de Tintín. Un lugar mítico lugar lleno de seres
fabulosos y reinos de maravillas incontables.
También podría entenderse como “tierra de tabernas”, es decir,
un nombre eufemístico de España.
Pero no,
ni hace referencia al número de establecimientos hosteleros por
metro cuadrado de nuestro suelo patrio ni al lugar anhelado por el
grupo ochentero, pero al contrario que este, Tabarnia si se encuentra
en los mapas, concretamente en las provincias de Barcelona y
Tarragona renombradas como Baja y Alta Tabarnia respectivamente.
Una propuesta de nuevo territorio autónomo dentro de España
desgajado de una hipotética Cataluña independiente. Este nuevo
invento parte de una plataforma conocida como Catalonia is not Spain,
los indepes de los indepes. Para mas información, entre otras
fuentes podéis leerlo aquí.
Todo esto sale de la idea de que en esta dos provincias,
fundamentalmente urbanas e industriales, el independentismo no es
mayoritario, como en las provincias de economía mas rural de Lérida
y Gerona (disculpar si uso su nombre castellano, que al fin y al cabo
es la única que hablo y escribo razonablemente bien a parte de mi
chapurreado inglés de turista)
Sin
embargo, cual comedia romántica americana, ahí no acaba el enredo.
Según algún medio, habría municipios de esta nueva entidad
territorial que se escindirían de nuevo para permanecer fiel a la
República Catalana. Se me antoja pues, que podrían surgir barrios
disidentes de sus municipios y así tener también manzanas calles y
plazas independientes de sus ciudades o pueblos, y aún mas, el
cuarto de los niños estar en una unidad política diferente al del
comedor y entrar en conflicto por anexionarse el escobero (Importante
para la logística), y así descender hasta nivel molecular o incluso
de partículas subatómicas.
Todo
este despropósito, no hace mas que reafirmarme en mis opiniones,
claro que, como decía el otro día Iñaki Gabilondo, ocurra lo que
ocurra, todo el mundo sale reafirmado en sus propias convicciones, y
eso no deja de ser parte del problema. Pero volviendo a las mías, lo
peor del momento que se viven en Cataluña no es su conflicto con el
resto España, es que, sobre todo es un conflicto de Cataluña con
Cataluña, de una mitad de los catalanes contra la otra mitad, esto
ya lo ha dicho mucha gente. Y en medio, la tan vapuleada minoría
equidistante, de dentro y de fuera, apenas el 7',45 % si tenemos que
hacer caso a los resultados de las últimas elecciones, increpados de
un lado y de otro y los únicos que apuestan realmente por un
diálogo.
Admito
que no he visitado Cataluña últimamente, y que mis información no
es directa. En su mayoría proviene de los siempre manipulados medios
de información y las redes sociales, sesgadas por nosotros mismos,
los usuarios, con nuestros “likes”, pero, ¡que leches! No soy un
periodista profesional ni lo pretendo. Solo escribo en un blog de vez
en cuando, muy de vez en cuando. Un blog que casi no lee nadie, pero
que espero que alguna vez le pueda servir de algo a alguien.
No
obstante, si que conozco personas. Y algunas me hablan de una
sociedad dividida. De gente con mal humor, recelosa de su vecino, que
no pregunta por una calle o acaricia el perro que otro pasea sin
miedo de que la lengua en que se le responde no sea la adecuada. Esa
es la herida y ya está hecha, pase lo que pase, el daño está hecho
y tardará mucho tiempo en curar, ojalá me equivoque.