lunes, diciembre 19, 2005

Asepsia

Una noticia me ha llamado la atención. Con la llamada “Ley Antibotellón” se está impidiendo a los menores de edad acceder al los locales donde tienen lugar conciertos de rock (o cualquier otra música que no sea la clásica), ya que en dichos establecimientos se vende alcohol y tabaco (ver enlace aquí). Desde un punto de vista adulto, en nuestra obsesión por proteger nuestros menores podría parecer una medida acertada y tranquilizadora, pero también esta privando a buena parte de los jóvenes de la cultura, de su cultura, la cultura de la música joven.

Desde mi punto de vista esto no es mas que otro de los desaguisados de esta sociedad absurdamente aséptica que se esta imponiendo de manera abrumadora en los últimos años: se prohíbe fumar en los centros de trabajo y en algunos locales de ocio, no se puede tomar una cerveza en la vía pública a nos ser en una terraza de un bar, no digamos nada del consumo de marihuana. Todo por el bien de nuestra salud. No lo pongo en duda pero... desde la América precolombina se ha estado fumando, sin embargo hasta ahora nunca tantas enfermedades y enfermos se ha asociado con el tabaco, ¿no tendrá algo que ver los aditivos con las que las grandes multinacionales del sector elaboran los cigarrillos?

Mientras tanto seguimos respirando el humo de los coches y fábricas, produciendo electricidad con centrales térmicas aún a sabiendas que hace años, quizás décadas existe los medios para hacer andar nuestros vehículos privados y colectivos con combustibles no fósiles y que en nuestro país (España para los que llegaran a leer esto desde otro lugar) buena parte de los hogares podría ser total o parcialmente independiente de la red eléctrica con paneles de células fotovoltaicas. Tampoco se llega nunca a la erradicación de las centrales nucleares pese a su probada obsolescencia económica y su altísimo riesgo. Se sigue produciendo catástrofes ecológicas como el Prestige.... La lista es interminable.

Reconozco a los no fumadores (yo casi lo soy) su derecho de que nadie ahume su vida. Pero a la luz de mis anteriores reflexiones, me parece absurdo tanta vida sana y tanto cliché macrobiótico mientras se introduce mas y mas productos transgénicos y la ignorancia respecto a los que consumimos va en aumento con la casi indiferencia de los poderes públicos. Mas me suena a la vieja estrategia del poder que durante siglos ha practicado, el introducir pequeños o grandes objetos de temor que hacen mas manejable a una sociedad, tal y como fue las brujas y los aquelarres en la Edad Media. Tras la apertura de la conciencia que se fraguó en los años 60, esta sociedad post-sida está cada vez mas coaccionada por parte de las altas esferas. Un modo de vida ordenado y previsible, con una semicultura controlada (Operación Triunfo).

No soy tonto, sé de los problemas asociados al abuso del tabaco, el alcohol y las drogas: Enfermedades, accidentes de tráfico..., pero eso no nos debe llevar a la anulación de individuo, de su pensamiento, de su libertad. Pensad que si bien cojerse una borrachera nos priva de un discurso mental claro, una copa puede “desatascarnos” el cerebro de dogmas, de ideas fijas y dar alas a nuestra mente.

Por cierto, creo que el próximo paso debería ser la prohibición del chorizo en las judías, dado su alto contenido en colesterol.

1 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

No te falta razón es el mundo caotico en que vivimos por una parte la contradición enorme de defender la salud por la otra, los que nos la atacan.
¿No crees que los que defendemos nuestra salud es porque nos la estan atacando por otro lado?.
Además se esta desarrollando a la vez en esta espiral capitalista y consumista, espirualidad venida de oriente mezclada con la de ocidente, osea mas espiritualidad, para contraoponer a lo anterior.

Helyan

19 de diciembre de 2005, 14:26  

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