miércoles, abril 26, 2006

AutoRespeto

Esta tarde me ha pasado algo curioso, o mejor ha pasado algo curioso en mi, diría que una evolución. Alguien de mi trabajo ha leído en voz alta un titular sobre que un partido político esta promoviendo los derechos de los animales; esta persona ridiculizaba la iniciativa sin haber leído el articulo (estoy seguro que no planteaban darle el derecho al voto a los chimpancés ni darle becas universitarias a los hamsters) yo tampoco lo hice pero si defendí el respeto y el buen trato hacia ellos. En ocasiones como esta solía callar o asentir con medias verdades cuando alguien exponía jactanciosamente una opinión con la que disiento, solamente por no desagradar, no crear tensión, no estropear el buen rollito. Pero no, esta vez no, he defendido mi postura abiertamente sin importarme las consecuencias. Inmediatamente la persona, que tiene algunos años mas que yo, ha tomado una actitud ofendida, y ha seguido leyendo el periódico creando un silencio tenso que he intenté infructuosamente de romper. Después abandonó la estancia sin despedirse. Aunque en principio me he sentido mal, tras unos segundos, me empezado a encontrar bien. Orgulloso de haber defendido un territorio propio, una idea en la que creo, y me he dado cuenta que era de la otra persona el error, la intolerancia hacia las opiniones ajenas y, probablemente la insensibilidad. Y es que el respeto empieza por uno mismo.

domingo, abril 16, 2006

República

Hace 75 años, unos hombres y mujeres quisieron cambiar este país, quisieron hacerle despertar de su letargo, que respirase la libertad. Lo lograron durante un tiempo antes de que la inercia recalcitrante que esta piel de toro encierra en sus entrañas acabara con todo de un zarpazo terrible. Mi reconocimiento para esas personas y por su lucha.

Se plantea ahora si la vuelta de un república sería conveniente. No lo se, quizás por que volviesen sus tres colores a colgar de las fachadas de ministerios y entes públicos no cambiaría las cosas demasiado. Estamos en un Estado de Derecho, lo cual nos ha costado mucho conseguir, haya un Rey o un Presidente. Para mi la batalla está en otras cosas. En frenar los abusos de un capitalismo que, falto de oposición, campa por sus respetos, cercenando de hecho, las libertades y la dignidad que nos da el estatus político, el aumento entre la diferencia entre ricos y pobres, la pérdida de la calidad de vida asociada al equilibrio ecológico, la violencia en las casas y en las calles, la violencia exportada a otros lados del planeta, la tremenda y creciente territorialidad (nacionalismo)…Todo eso no se cambia con colores sino con dignidad y conciencia. Quizás lo que deba de desaparecer sean las banderas.

miércoles, abril 05, 2006

EL PUNTO DE VISTA DE UN MARCIANO


A veces uno se da cuenta de que es un marciano, de que la propia concepción de las cosas, que uno cree que responde a la visión de una amplia porción de la sociedad, en realidad son francamente minoritarias, casi clandestinas. Esa sensación la tuve hace pocos días en una conversación con compañeros de trabajo sobre la publicidad.

Alguien expuso su gran valor creativo y trabajo que requieren realizar un buen anuncio. Ante esta afirmación contrapuse mi opinión: que tanto esfuerzo e imaginación estaban al servicio, en la mayor parte de los casos, de crear una necesidad falsa para conseguir el consumo de las personas del producto anunciado, es decir su papel alienante de la sociedad, y consecuentemente, fuente de muchos males, como el consumismo, a su vez generador de desigualdad social, y de la propia infelicidad de los consumidores, al no cubrir el producto anunciado sus verdaderas expectativas y deseos, muchas veces ocultos. También hablé del agobio que me producía una de esas interminables cuñas publicitarias a las que nuestras queridas cadenas televisivas de no pago nos tienen acostumbrados, en la que uno tiene la sensación de que se le está ordenando comprar coches, casas, champús o compresas con alas.

Ante tales argumentos (mucho mas torpemente expuestos, dado mi casi nula locuacidad) me encontré con argumentos defensivos, tales como: “a mi no me afecta, yo compro lo que quiero ” o que mi visión era demasiado negativa y radical. Por un momento, lo confieso, me sentí casi subversivo, un dinamitero de nuestra querida sociedad de bienestar.

Después reflexioné, y me di cuenta que lo que falla, por decirlo de alguna manera, es mi exacerbado espíritu crítico, que la mayoría de las personas no comparte, dado que, al darse cuenta de los fallos de nuestra sociedad, genera cierta desazón, un malestar para el que no existe remedio, pero que le vamos a hacer, soy un adicto a la verdad, y la busco allá donde se encuentre. Por supuesto que lo que encuentro solo es una visión particular, subjetiva, pero intento que se acerque lo mas posible a una óptica al menos correcta, aunque no siempre políticamente correcta.

Por último, si este escrito llega a ojos de algunos de mis compañeros, no os ofendáis, solo es mi punto de vista, el punto de vista de un marciano.