domingo, enero 22, 2006

Vida

Una historia real. Un joven, casi un adolescente, con una enfermedad que le llevará pronto. Aún en la certeza de su cruel destino vive con toda la intensidad que es capaz. Estudia medicina con el último hilo de fuerza que le queda. Podeís ver su breve pero gran historia en el blog de mi amiga Helyanwe, Mujeres Eternas. Para el mi admiración y mis torpes versos:

Rosal marchitado antes de dar su flor.
Verso abandonado antes de ser voz.
Mi rabia, mi incomprensión
al viento lanza una pregunta: ¿Porqué?

¿Porqué tu hermosa vida truncada
y, en cambio, tanta longevidad anodina?
¿Que dios puso tan valioso contenido
en recipiente tan futil?
¿Y porqué andas por un callejón sin salida?
¿Porqué libras una batalla perdida?

Luego viene la calma, me abandona mi ira,
y tu lección ocupa su plaza vacía:

No pierdes la batalla, ganas la guerra,
la guerra de la vida.
Porque la vida es vida hasta que acaba,
y hasta el final hay que vivirla.

Ni tozudez ni desesperación es tu lucha,
sino valor y serena sabiduria.
Tu flor aún no abierta
en mi posa su semilla.

Tu ejemplo grabado al rojo en mi alma queda.

2 comentarios:

Blogger dolcita ha dicho...

precioso...

22 de enero de 2006, 22:18  
Blogger helyanwen ha dicho...

es uno de los poemas mas bonitos,
y mas sabiendo el porqué, el haber estado allí y vivido aquello, me hace valorar aún mas tus palabras.

helyan/sole

25 de enero de 2006, 17:50  

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