Ojala
Como es bien sabido, y es constatable en cualquier calle de cualquier población española, el número de personas provenientes de otros países se ha multiplicado en los últimos años. Empujados en la mayoría de los casos por la necesidad económica llegan a nuestro país gentes del Magreb, Extremo oriente y Latinoamérica, entre otros lugares. Especialmente numeroso es este último colectivo de inmigrantes, venidos a España por la coincidencia del leguaje y, en buena parte, la cultura. Gentes que a veces no han recibido un buen trato por los españoles, en parte asustados y desconfiados . Son personas que añoran su patria y no ven el momento de regresar a su hogar.
No obstante, he notado en la comunidad hispanoamericana un repentino y creciente patriotismo español, en muchos detalles que llevan con ellos, como camisetas, llaveros, complementos para el coche. Yo que no soy muy propenso a sentimientos patrios, no me deja de sorprender el hecho de que personas que llevan tan poco tiempo hayan generado tan pronto un amor a este país, superior al que manifestamos muchos de los nacidos aquí.
Por otra parte, en Madrid es frecuente ver coches matriculados en Barcelona, con pegatinas y otros elementos decorativos que atestiguan el “madriñelismo” y/o españolidad de la personas poseedora de dicho vehiculo. Supongo que en
Ambos hechos tienen desde mi punto de vista una misma causa. Sin dudar la verdad de sus sentimientos y de el agradecimiento que muchos sienten por la mayoría de la gente de este país que no miramos el color ni el acento las personas, mucho me temo que la temprana identificación con nuestros símbolos en las personas provinientes de Sur y Centroamérica tambien tienen como origen a el miedo, un miedo mucho mas terrible que el que le quemen a uno el coche. Miedo a la no aceptación, miedo a la marginalidad, pero sobre todo miedo a la violencia de que muchos son víctimas a manos de descerebrados defensores de la pureza de la raza hispánica. No me resisto a ver esa camiseta de la selección española como un salvoconducto, un escudo que le dé cierta seguridad un ambiente a veces tan hostil para ellos.
Ojala me equivoque, ojala sea demasiado alarmista, ojala la razón de todo sea solo que se sienten aquí como en su casa. Ojala todo sea que no me he dado cuenta de que vivimos por fin en una sociedad abierta, tolerante y acogedora. Ojala no exista el miedo en el corazón de nuestros nuevos compatriotas. Ojala.
1 comentarios:
No te falta razón alguna, ese amor del que hablas te emociona cuando lo ves en otras presencias que vienen lejos y sumergidas por necesidad en esta sociedad.
El problema de la integración, no es un problema unico es nuestro también, y de de los getos, que no quieren compartir sus vivencias y culturas con las que enrriquecernos.
Me gusta que no renuncien desde aquí a sus costumbres pero podrían compartirlas. Y nosotros el miedo a lo desconocido convertirlo en curiosidad.
Besos helyan
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