El Perro del Hortelano

Belleza sustraída por quien nunca supo la supo conservar
“Si no es mía de nadie será”
El perro del hortelano volvió a atacar
Rompiendo corazones
Dejando Soledad
Ejerciendo su control implacable
Un buen mastín nunca su presa soltará
Sin apenas esfuerzo,
Casi con un gesto de su mano
El hará y deshará
Llorando cuando es preciso
Gruñendo cuando es menester
Manejando con destreza sus fichas
En el tablero de ajedrez
Despertando pena infinita
Su telaraña tupida ha de quedar
Cual desvalidos insectos caen las víctimas
Presas de su propia piedad
Que nos guarde Dios o la vida
De quien tanta lástima reclaman
Pues al hacerlo su guiñol fabrican
Y tienden los hilos desde su arnés
Para gobernar nuestras manos y nuestros pies
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